Todo ello, por supuesto, se traduce en un aumento de variedades de productos con sabores y estilos exóticos. El envase puede reforzar la historia de cada producto y diferenciarlo de los demás mediante la forma, el color y el diseño en general.
Sin embargo, a menudo la experimentación de nuevos sabores lleva aparejados rituales que marcan cómo se ha de servir o presentar el producto en la mesa. El envase de vidrio ofrece numerosas oportunidades prácticas, desde modificar cómo se vierte la cerveza al salir de la botella hasta los tarros de boca ancha diseñados para mojar en las salsas.